Sin agua, en La Laguna se sobrevive con soluciones irrelevantes que no atienden de raíz el problema de la sobreexplotación del acuífero.
Como ya es bien sabido, más del 80% del agua superficial que debería estar a disposición de las y los laguneros es consumida por el sector agroindustrial, es decir, empresas que dedican mucho recurso para alimentar animales y sostener a la principal cuenca lechera de México y una de las principales de Latinoamérica.
Para las autoridades locales, específicamente el alcalde de Torreón, Román Cepeda, así como para el gobernador de Coahuila, Miguel Riquelme, la escasez y contaminación del agua en La Laguna ya no es un tema. Ellos refieren que con la perforación masiva de pozos se está dotando de líquido en cantidad y calidad suficiente para no poner en riesgo la salud de la ciudadanía.
El agua, sin duda alguna, es el principal botín político que eternamente se ha disputado en La Laguna. El recurso, de 30 años a la fecha, ha sido escaso. La sobreexplotación del acuífero, el crecimiento descontrolado de la región, así como la actividad agroindustrial, han puesto en jaque el futuro de toda la Comarca Lagunera.
Recientemente, los Ministros de la Suprema Corte de Justicia, por unanimidad de votos, fallaron a favor del agua lagunera: concedieron, de manera definitiva, un amparo que obliga a la Conagua a reconocer que, por sus propias omisiones, se abatió el acuífero e insta a la dependencia a tomar acciones positivas para revertir el problema.
Así, la Conagua, de manera legar, fue dotada de garras y dientes para ya no renovar concesiones y respetar la veda que se mantiene activa desde los años noventa, pero que nunca fue tomada en cuenta para seguir otorgando derechos de agua a los grandes empresarios de la localidad, integrantes de familias reconocidas como los Tricio, Martín Bringas, entre otros.
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Otra acción que no resuelve el problema de raíz es "Agua Saludable para La Laguna", un proyecto que podrá costar hasta 12 mil millones de pesos que llevará el recurso almacenado en las presas hasta la red pública de 9 municipios laguneros.
En teoría, la idea no se lee descabellada, sin embargo, no promueve lo más importante; la recarga natural del acuífero, no pone freno a la sobreexplotación y no garantiza que se deje de robar agua en las zonas aledañas al río.
Aunado a ello, Agua Saludable para La Laguna es una idea que, como dice en su proyecto ejecutivo, tendrá una vigencia no superior a los 20 años, es decir, no resuelve una carencia crónica que podría agravarse con el paso de los años, tal y como está sucediendo en Monterrey actualmente.
Mientras las autoridades sigan doblando las manos frente a los millonarios del agua, la región lagunera seguirá en riesgo. Los recursos naturales no deben ser negociables. En La Laguna se protegen, por sobre todas las cosas, los intereses de los ricos sobre los de la sociedad.
Tenemos gobernantes blandos, que no se comprometen más que con quienes les patrocinaron sus campañas y abandonan el barco de quienes depositaron su confianza en una urna.
Si no hay agua en La Laguna, es por el hambre insaciable de unos cuantos que exprimieron el suelo y el agua y los recursos de esta región. Es momento de frenar esta inercia, de revertir la dinámica económica de la región y de apostar por vocaciones amigables con el medio ambiente, de tal manera que se proteja el recurso hídrico de la Comarca Lagunera.