La resistencia contra los nuevos libros de texto en La Laguna persiste. Las personas que encabezas el movimiento aseguran que promueven contenido comunista e inadecuado para los niños. No analizan los fondos, los problemas reales de la educación. El prejuicio los mueve.
El pasado domingo, integrantes de la Unión Nacional de Instituciones de Educación Privada se reunieron en la Plaza Mayor para recopilar firmas en contra de la distribución de los nuevos libros de texto en La Laguna.
"Aquí la lucha no es ni política, ni partidista, es la lucha de un país que no quiere someterse a un sistema autoritario"; dijo Rodolfo Silva, presidente de la asociación.
La Secretaría de Educación Pública anunció el pasado viernes que llegó a un acuerdo con la mayoría de las entidades federativas para distribuir los libros, de tal manera que el lunes 28 de agosto las y los alumnos de educación básica tengan los libros. Dentro del acuerdo, el único estado que no envió representación fue Chihuahua, sin embargo, Jalisco y Coahuila también están en contra de los nuevos materiales.
El mismo gobernador, Miguel Riquelme, declaró en el municipio de San Pedro que el contenido de los libros, particularmente el fragmento sobre la educación sexual, no es adecuado para los niños. Agregó que, como padre de familia, no le gustaría que, en edades tan tempranas, se tocaran "ciertos temas sensibles". La moralidad, en su comentario, fue dictadora.
La discusión sobre los contenidos de los nuevos libros de texto en La Laguna y acerca de las formas políticas que no se respetaron para su creación y distribución, esconde la verdadera raíz del problema que aqueja al sistema educativo mexicano y regional.
En Coahuila cerca del 20 por ciento del presupuesto anual se destina al sector educativo, sin embargo, las carencias que sufre el magisterio, los despojos y las malas condiciones de las aulas de clases son problemas frecuentes a los que no se les ha dado solución.
Además, con el sistema educativo actual, México es de las peores naciones en matemáticas y español, es decir, las y los estudiantes no están aprendiendo.
Por otro lado, el mismo artículo que la unión de padres de familia refiere para evitar la distribución de los nuevos libros, es el que es violado constantemente por cobros, cuotas y materiales que las instituciones públicas piden a los padres de familia.
No es raro que en Coahuila las y los directores de las escuelas públicas pidan, dentro de la lista de útiles, hojas de máquina papel de baño, desinfectantes y artículos que sirven para la operación de las escuelas. Además, también cobran cuotas de inscripción que van desde los 500 hasta los mil pesos.
"Corresponde al Estado la rectoría de la educación, la impartida por éste, además de obligatoria, será universal, inclusiva, pública, gratuita y laica", dice un fragmento del artículo tres constitucional.
Los dogmas, las ideologías que la Unión de Padres de Familia, Escuelas Particulares y Gobiernos de oposición están criticando porque presuntamente vienen en los nuevos libros de texto, son precisamente las acciones que ellos proliferan a través de discursos de odio, prejuiciosos, cargados de moralidad y de ideologías defensoras de la familia.
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Hablemos de cómo mejorar la educación en México y en La Laguna. Pongamos sobre la mesa que, en la región, a un maestro de universidad le pagan entre 80 y 100 pesos la hora. Es necesario poner a consideración el precario sistema de pagos que ofrecen las instituciones privadas para los maestros. En La Laguna la educación está precarizada. Los dueños de las instituciones no hablan de ello, las autoridades tampoco.
El tema toral, por temas políticos, queda a un lado. Las niñas y niños, como siempre, son y serán los más afectados.