El inicio de las precampañas no ha sido el más aseado. Morena en Coahuila está dejando muchas dudas. La división y la ambición de quienes aspiran a representar al partido podría fortalecer al proyecto del gobernador Riquelme, es decir, la candidatura de Manolo Jiménez Salinas.
Dicen que en política no hay coincidencias. El viernes por la tarde pasado, el ex subsecretario de seguridad, Ricardo Mejía, renunció a su cargo para participar en el proceso electoral de Coahuila. Morena, al cerrarle la puerta, lo orilló a buscar la representación vía uno de sus socios: el Partido del Trabajo.
Así, de pronto, en Coahuila competirán tres candidatos fuertes: Armando Guadiana, Manolo Jiménez y el propio Mejía Berdeja. El voto podría dividirse. El beneficio, como siempre, podría ser para quien ha gobernado casi 100 años la entidad.
Armando Guadiana, por su popularidad, ganó la encuesta entre la militancia, sin embargo, Mejía, al no ser tan reconocido, había trabajado en la construcción de estructura en regiones clave del estado, tales como frontera, carbonífera, cinco manantiales y el área rural de La Laguna.
Además, personajes como Shamir Fernández, Rodolfo Walss y Jorge Luis Morán también se unieron a su equipo, sin embargo, ya abandonaron el barco. Los personajes que apoyaron a Mejía Berdeja entienden que la marca Morena, asociada al presidente López Obrador, es más fuerte que lo que representa el ex funcionario federal.
Hay quienes afirman que quien realmente tiene el respaldo es Mejía. Que Morena, como acto de generosidad, estaría ayudando al PT a que gane su gubernatura, tal como sucedió con el Partido Verde en San Luis Potosí.
Pese a que el presidente López Obrador ha dicho en varias ocasiones que él apoya al candidato ganador de la encuesta del partido, casi no menciona su nombre y no presume, en este momento, de una relación cercana con Guadiana como en el pasado.
Cabe recordar que Armando Guadiana es amigo de Alonso Ancira Elizondo, uno de los enemigos políticos de López Obrador y que hoy está en proceso de pagar un daño económico generado a Pemex por haber vendido una planta chatarra de fertilizantes a sobreprecio.
Por estos pagos millonarios, Altos Hornos de México, una de las empresas que hacen transacciones con los negocios de Guadiana, tiene severos problemas económicos, afectando, de esa manera, a toda una cadena productiva que opera en el estado de Coahuila.
Así Morena o el mismo presidente López Obrador pudieran estar jugando con dos fichas: una pública cuyo sello lleva la cara de Guadiana, y una escondida con la marca de Mejía Berdeja.
Al final, el próximo 4 de junio, veremos si esta división ayudará a lograr la alternancia en Coahuila o simplemente fortalecerá a Manolo Jiménez Salinas y a la alianza con el PAN-PRI y PRD.