La Casa del Migrante de Saltillo es una parada obligada para las personas, principalmente centroamericanas, que transitan en busca del sueño americano. En últimas fechas, se han vuelto más estrictas las medidas de higiene dentro del albergue para evitar la propagación de la enfermedad COVID-19. Estas nuevas reglas han generado inconformidad en los viajeros, quienes, en gran parte, prefieren dormir en la calle, afuera de la Casa, antes que entrar y seguir los protocolos.
Alberto Xicoténcatl, Director del albergue, realizó una transmisión en vivo para explicar la situación de los viajeros que, por no querer seguir las medidas, se quedan en las frías calles saltillenses.
"La gente no quiere ingresar a la Casa del Migrante de Saltillo porque por temas de protección de las personas, una vez que entran, ya no pueden salir hasta que sea de forma permanente, no somos un albergue en donde la gente entra y salga y ahora mucho menos, porque ponemos en muchísimo peligro a la gente que está dentro, la gente que se ha quedado afuera ha tomado como forma de vida el pedir dinero en las calles, no lo criticamos, entendemos que la gente está en una situación límite", explicó.
Xicoténcatl explicó que, el 31 de diciembre, cuando la Casa del Migrante abrió de nueva cuenta después de haber sido clausurada por un brote de covid, recibieron a 45 personas. Todas ellas pasaron un filtro sanitario en donde analizaron sus condiciones físicas para evitar una posible propagación del virus.
Como muchas personas no han querido acatar las medidas sanitarias, optaron por armar un campamento en las afueras del albergue. La ciudadanía saltillense, por su parte, acude al lugar a dejar cobijas, comida y ropa, sin embargo, el director de la Casa del Migrante hizo un atento llamado.
"Lo que estamos provocando con este tipo de apoyos es seguir fomentando que la gente permanezca en las calles. Hacemos una invitación a la comunidad de Saltillo en que apoye a la gente desfavorecida, no solamente a las personas migrantes, a cualquier persona o instituciones que saben cómo trabajar, desgraciadamente tener un buen corazón, el querer ayudar no basta. En ocasiones pensamos que el dar dinero en las calles va a ser la mejor forma para apoyar a la gente que más lo necesita, sin embargo, cuando damos dinero en la calle, lo que estamos haciendo es no romper este círculo en el que la gente hace de la calle su forma de vida".
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Por lo pronto, un numeroso grupo de personas migrantes están en las calles de la capital coahuilense pidiendo ayuda. Esta situación ha generado que duerman en la intemperie, por lo que tienen que lidiar con el clima hostil de este invierno.
Hasta el momento en la Casa del Migrante sólo una persona está enferma de COVID-19 y este mismo mal ha pegado tan duro que hasta le quitó la vida al fundador del albergue, el Padre Pedro Pantoja.