¿A poco no...? | Juan Ceballos Azpe | @licjuanceballos
¿A poco no sabías que el 12 de junio es el Día Mundial contra el Trabajo Infantil? La efeméride busca sensibilizar y denunciar la explotación que se da en muchos países del mundo donde aún se obliga a los niños a trabajar, negándoles todo derecho a la educación, a la salud y a una vida plena que les permita su desarrollo y bienestar integral. En 2015 la ONU se comprometió a cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible, con el fin de acabar con el trabajo infantil y las formas contemporáneas de esclavitud y trata de seres humanos, prohibir y eliminar el reclutamiento de niños soldados y, para 2025, eliminar toda forma de trabajo infantil.
Lo cierto es que, en muchos países del mundo, como en el nuestro, los niños son obligados a trabajar desde edades muy tempranas, lo que sucede desde hace siglos sin que se haya encontrado una solución satisfactoria al problema, cada vez más recurrente y alarmante, ya que muchos de ellos no tienen acceso a la educación ni a las necesidades básicas de todo ser humano, como son salud y alimentación. La principal causa radica en que estos niños deben trabajar para ayudar a sus padres, sobre todo en países con altos índices de pobreza y miseria… como el nuestro.
Hace más de un siglo, en 1919 se fundó la Organización Internacional del Trabajo y uno de sus principales objetivos fue abolir el trabajo infantil. Para este 2021 el lema de la efeméride es ‘Actuar ahora: poner fin al trabajo infantil’. Y la verdad es que 102 años después el fracaso de ese objetivo es evidente: la UNICEF, Naciones Unidas para la Infancia, estima que más de 150 millones de niños y adolescentes son forzados a trabajar y casi 8 millones de ellos desempeñan un rol doméstico, siendo niñas en su mayoría.
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Las peores formas de trabajo infantil son: esclavitud, trata de personas, reclutamiento de niños para utilizarlos en conflictos armados, prostitución, pornografía y otras actividades ilícitas. La ley prohíbe toda labor que ponga en peligro el bienestar físico, mental o moral del niño, ya sea por su propia naturaleza o por las condiciones en que realiza algún trabajo peligroso. Sin embargo, para un buen candado, un mejor cerrajero, por lo que la ley sigue siendo violada, al igual que los derechos de los menores. De ahí la urgencia de una mayor concientización para que todos: gobierno, sociedad civil organizada y ciudadanía en general logremos la sinergia necesaria para cristalizar el objetivo original de la OIT de abolir el trabajo infantil y así acabar con la explotación de los niños, un mal de siglos. ¿A poco no…? ¡Ánimo!