Desde el fin de semana antepasado, fuerzas de seguridad estatales demostraron el supuesto "blindaje de Coahuila" cuando repelieron los ataques de civiles armados sobre la carretera federal número 2, también conocida como "La ribereña"; al noreste del estado de Coahuila, en la brecha que conecta a Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas.
El gobernador Miguel Riquelme, rindió tributo, en dos actos separados, a dos policías estatales que murieron baleados durante los enfrentamientos. En videos que circularon en redes sociales que pudo apreciar cómo camionetas tipo pick up y Suburban, en masa, intentaron penetrar las barreras de seguridad para llegar al estado de Coahuila. De acuerdo con el fiscal general del estado, Gerardo Márquez, se trata de miembros integrantes del Cártel del Noreste, organización criminal que nació como una escisión de los Zetas.
Así, camionetas de Acción y Reacción, PCC, Guardia Nacional, Ejército, Municipales, entre otras, fincaron una barrera para repeler a los agresores y evitar que ingresaran a la entidad.
Después de los enfrentamientos, los policías, todos con el rostro tapado, se formaron a lo largo de la carretera para dejarse fotografiar con drones, como para demostrar su fortaleza y músculo.
El gobernador Miguel Riquelme, prometió que, hasta el último día de su gobierno, el blindaje de Coahuila estará asegurado. Pese a que la gubernatura la tomará Manolo Jiménez, miembro del mismo partido, no se ha atrevido a asegurar que el político saltillense va a poder lograr el mismo objetivo.
Y es que para Riquelme la seguridad fue el tema crucial de su administración. Desde el argumento de que bajaron los homicidios dolosos, el gobernador ha mantenido vivo un argumento que pudiera ser falaz e inexacto.
En general, la incidencia de delitos del fuero común, por cada cien mil habitantes, sí bajó en junio de este año con respecto al mismo periodo de 2022, sin embargo, delitos como violencia familiar, narcomenudeo y robos en diversas modalidades no se han podido controlar.
Para el gobernador Riquelme, lo importante es demostrar que, si un delincuente se atreve a ingresar a la entidad, puede perder la vida. La palabra "repeler" es un verbo que ayuda a legitimar el asesinato de un civil, independientemente de que haya una agresión. Los enfrentamientos armados en el noreste del estado son frecuentes. El más salvaje fue el de Villa Unión, a principios de su sexenio, en donde murieron 25 personas entre civiles, civiles armados y policías.
La estrategia visible para asegurar el blindaje de Coahuila tiene que ver con comprar armamento táctico, dar formación paramilitar a los policías estatales y ejecutar antes de preguntar.
No es casualidad que son precisamente los cuerpos policíacos los que concentran más quejas ante la Comisión de Derechos Humanos del estado de Coahuila por presuntos abusos de autoridad en contra de los ciudadanos.
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¿Coahuila está realmente blindado? Una parte de la verdad dice que sí, que los homicidios han bajado y que los enfrentamientos sangrientos dentro de los municipios prácticamente ya no se presentan, sin embargo, el mismo gobernador Riquelme siembra la duda cada vez que repite que él sólo garantizará la seguridad de la entidad, hasta que se acabe su gobierno.
¿Realmente está preparada y bien fincada la estructura social y policíaca de Coahuila para evitar que se dispare la delincuencia? Esta duda sólo podrá ser respondida cuando inicie y caminen los primeros meses de la próxima administración estatal.