Desde agosto de 2015, el árbol de la esperanza que estaba plantado en la Alameda Zaragoza de Torreón, fungía como símbolo para las y los familiares de personas desaparecidas.
Años después, por los efectos climáticos y la invasión de especies foráneas, un hongo atacó al árbol y lo dejó sin vida y sin el verdor que lo caracterizaba.
Por ese motivo, el miércoles primero de marzo se plantó, de nueva cuenta, un tabachín que dará vida a la lucha de las personas buscadoras, quienes siguen representando, en los símbolos, la importancia de su movimiento.
"Las autoridades están aquí, haciendo entrega de este árbol, esperamos que florezca como sigue floreciendo la esperanza por encontrarlos", comentó María Elena Salazar, integrante de Fuerzas Unidas por Nuestros Desaparecidos.
Pese a que las autoridades municipales hicieron caso en la petición de plantar un nuevo árbol de la esperanza y dejar un memorial al lado para recordar al anterior, María Elena Salazar lamentó los pocos resultados que están dando los gobiernos federal y estatal en materia de búsqueda y reconocimiento de cuerpos.
Por otro lado, la activista comentó que las autoridades están rebasadas y que no han sabido qué hacer en cuanto a la búsqueda de personas desaparecidas y a la no repetición del delito. La prueba está en los pocos resultados que ha dado el Centro Regional de Identificación Humana.
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"De todas estas exhumaciones masivas, hay más de 500 cuerpos que ha han sido exhumados y ni el 10% ha sido regresado a casa y la finalidad de un centro regional y de lo que nosotros exigimos es que se regresaran a su casa", agregó.
Durante el acto de siembra del árbol, el Padre Rafael López hizo una oración por las personas desparecidas, esparció agua bendita y, las personas a su alrededor, elevaron una plegaria para encontrar a sus seres queridos con vida.