El pasado miércoles, el poeta Alfredo Castro Muñoz despidió sus poemas en la presentación del libro "estar de paso", donde explicó que, para él, publicar es dejar ir sus obras, cuyo proceso de creación requiere sobre todo el trabajo de edición.
En entrevista exclusiva con Red es Poder (RP), el poeta Alfredo Castro (AC) dio a conocer algo de sus procesos, de sus aspiraciones, "chaquetas mentales" y su opinión respecto a la poesía en un contexto social donde la lectura escasea, más cuando son obras poéticas.
RP: En la presentación dijiste que, una vez publicados, los poemas ya no regresan, hablaste de que el trabajo duro del poeta, y del escritor, es la edición, reestructurar un texto ya hecho. ¿Puedes platicarme cómo es tu proceso de edición?
AC: Creo que el proceso de la edición nunca es fijo realmente. Así funciona la poesía. Hay textos que salen a la primera. A mí no me gusta confiarme, tengo que releerlos cien veces.
Los poemas sueltos los escribo como salgan y los dejo dormir de perdido una noche. A partir de ahí, ahora sí, viene el trabajo de edición: quitar excesos principalmente. Rara vez adhiero cosas a los poemas. Lo que acabo de decir lo llevo haciendo casi desde que empecé a escribir. El reto en esta ocasión fue poder congregar en un solo documento todos los textos. Vigilar que exista una especie de continuidad. Que el concepto se mantenga íntegro. Ese sí que fue un pedo porque entonces revisar el libro significaba leerlo todo cada vez que se editaba.
No me gusta pensar que hubo poemas que no saldrán de la fábrica aunque sea cierto. Reconozco que hay poemas de los que muy probablemente yo sea su único lector. Sin embargo, los poemas que no se subieron al camión de “Estar de paso” sé que un día encontrarán algún destino.
RP: ¿En tu futuro como escritor te ves escribiendo tus emociones que hoy expresas como poemas, pero en canciones, narrativa o desarrollando otro tipo de disciplina artística?
AC: Tengo un respeto muy grande por los músicos y por eso no me atrevo a escribir canciones. Entiendo que la poesía es una buena herramienta para que una “letra” sea eficiente, pero creo que no es lo mío.
La poesía siempre me ha empujado a experimentar la voz de otras maneras. En cuanto narrativa, ahí sí es otro cuento. Ahora mismo hago mis primeros experimentos. No sé a dónde va a parar eso, pero espero que sea un área en la que pueda desarrollarme los próximos años.
Me imagino toda mi vida trabajando con la poesía. Más tarde escribiré un poema, mañana también, la semana y así me la pienso llevar los próximos 80 o 90 años, aunque no sé exactamente a dónde apunta todo esto.
RP: ¿Qué esperas que las personas capten de "Estar de paso"? Supongo que hay algo de interés en que el lector "haga suyos" los poemas, pero siento que siempre hay algo que no se puede perder de vista, porque el autor lo plasma tanto que es imposible no comprenderlo.
AC: Tengo una fantasía, una chaqueta mental, más bien, en la que alguien va de viaje, no sé, va de pasajero en un camión o en un auto rumbo a Monterrey, por ejemplo. Digamos que esa persona tiene que matar las cuatro horas y pico del camino con algo.
Entonces, chíngale, que saca el libro “Estar de paso”. Empieza a leer y de reojo ve la autopista. O ve la autopista y de reojo lee el libro. Cómo sea. Me encanta esa imagen. Y yo tan solo espero que la velocidad entonces sea menos cruel. Espero compartir mi fascinación por el camino y el trayecto. Quise el que libro estuviera lleno de desconcierto y vacío de certezas. Sospecho que todos tenemos una rara sensación al llegar a un lugar en el que no vivimos. A mí me gusta. Por eso en el libro exploraré lo que, creo, es una especie de asombro de forastero.
RP: Tú, que eres poeta ¿qué sugerirías a esas personas que el huyen a la poesía? ¿qué tips puedes darnos desde tu perspectiva como autor y lector? ¿cómo lees tú, eres disciplinado, te gusta leer y beber algo?
AC: Pienso que la poesía es una exploración constante. Tanto en leerla como en escribirla. Diría que para acercarse al género hay que comenzar con autores que ofrezcan claridad. De ahí, uno poco a poco va encontrando las cosas que aprecia en el género.
También pienso que no hay que enfrascarse en comprender la poesía. Creo que a veces la poesía no necesita un significado, necesita una emoción. Uno debe dejarse llevar por el poema. Yo leo poesía todo el tiempo.
Es cierto, no siempre conecto con todo lo que leo, pero siempre estoy abierto al asombro y debo decir que siempre me encuentro conmovido por lo que leo, emocionado y divertido porque siempre la experiencia es diferente. Siempre la poesía me lleva a lugares que no conocía del mundo o de mí.
RP: En cuanto al panorama de la poesía en la Laguna, ¿qué nos puedes decir? Qué prejuicios percibes sobre el oficio, qué te dicen las personas.
AC: Sospecho que hay un creencia popular de que la poesía es una cosa indescifrable. Supongo que ahí empieza el rechazo. Además, la competencia es mucha. Creo que los contenidos de redes y plataformas rebasan mucho el interés de los consumidores.
Claro, ahí todo es más veloz, más ágil. A veces me pregunto si la literatura debería adecuarse a esos estándares de consumo. Precisamente creo, más bien espero, que “Estar de paso” sea un libro ágil, eficiente y divertido para aquellos que se atrevan a abrirlo.
Con 23 años, Castro Muñoz desarrolló el grupo de poemas que se exponen en "estar de paso", junto al asesoramiento y apoyo de uno de sus maestros, Jaime Muñoz Vargas, quien dirige el taller de literatura del Teatro Isauro Martínez, a donde Alfredo acude cada sábado.
La presentación de "estar de paso" tuvo lugar en el teatro Alfonso Garibay. El escritor Alfredo Castro estuvo acompañado de otras dos reconocidas figuras en el ámbito: el mencionado Jaime Muñoz Vargas, escritor, editor, profesor y coordinador editorial de la Universidad Iberoamericana de Torreón; y Sergio Alejandro Rojas, poeta y profesor de la Universidad Autónoma de Coahuila.
A eso de las 7:15, Muñoz Vargas inauguró la presentación dando las primeras palabras a la audiencia. El teatro estaba casi lleno, más de 50 personas compartían el lugar con la ya acostumbrada sana distancia y la boca cubierta.
El premiado escritor explicó que mediante el trabajo de edición hecho con Alfredo Castro fue que llegaron al título "estar de paso", una propuesta del poeta que Jaime etiquetó como "excelente".
"...de inmediato sentí que el joven poeta no sólo había dado con un excelente título, sino con una definición, por qué no decirlo así, de la vida, de todo lo que hacemos en la vida.
"[...] Estamos de paso nosotros como individuos, están de paso las personas que nos aman, las que nos odian, están de paso los objetos que vemos y tocamos...", explicó el maestro.
Jaime Muñoz continuó por decir que "Estar de paso" es un "viaje por la idea del viaje y sus implicaciones".
Además, aseguró que esta obra llena de poemas talentosos son la materialización de un futuro firme como escritor, enfatizando que Alfredo Castro apenas ha cumplido los 23 años.
Enseguida del escritor Jaime Muñoz Vargas, habló el poeta Sergio Rojas, quien expresó:
"La voz poética nos ofrece líneas y espacios gráficos para observar al silencio que todos en determinado instante somos. Una de las líneas más reflexivas que podemos encontrar se ubica en el poema 'estamos apunto de abrirnos paso'. Como ya dije, hay imágenes que nos deleitan y hay imágenes como esta que son una sentencia.
Sergio halagó la nitidez, la trascendencia y la solvencia de la poesía, con la que describe Alfredo Castro las figuras que eligió para sus obras.
Todo ello, "sin apartarnos del asombro y el encuentro", explicó Rojas.
Luego de Rojas, habló el autor, el poeta Alfredo Castro, quien dio un agradecimiento a sus presentadores.
"El libro, sobre todo, habla sobre un viaje. No soy una persona viajera. Yo me doy la regla de viajar una o dos veces al año y eso me ha permitido un poco configurar las páginas del libro".
Alfredo Castro resalta que su obra fue edificada en tres partes esenciales, que homologan también las partes de un viaje.
"Lo primero es la salida, que titulé 'No me preguntes a dónde vamos'; en esta sección intenté, un poco, que los poemas estuvieran en movimiento. Intenté ubicar los poemas, sobre todo, en la carretera, en la autopista, en ese aliento de la carretera, un poco contemplativo, pero al mismo tiempo que esté en una especie de movimiento, de transitar.
Creo yo que quien se va de viaje no es el mismo que regresa. La segunda parte, es la primera parada que titulé 'Sólo pasa que estamos lejos'. En este caso la voz poética empieza ya a contemplar la lejanía, empieza a detenerse un poco, a titubear, a estar un poco más cansada. Para llegar al destino, que es la tercera parte del libro, que titulé 'Este reflejo es una calle'
En este, los poemas ya encuentran una ciudad, un sitio donde descansan los poemas".
Explica Alfredo Castro que dicho destino puede ser el que guste el lector, ya que su obra se presta para que quien la aprecie pueda apropiarse de una imagen poética e identificarse con ella.
El autor cuenta que, para él, uno de estos destinos fue el pueblo de Allende, Coahuila, viaje que inspiró dos de los poemas de Estar de paso: "Pueblo fantasma" y "Ciudad dormida".
Luego de algunos minutos más de hablar sobre su obra y leer algunos poemas, ya en la ronda de preguntas, a Alfredo Castro le preguntaron que qué poetas le habían inspirado para lo cual mencionó a Jorge Humberto Chavez.
El poeta resaltó un libro en particular del chihuahuense, "Te diría que fuéramos al río Bravo a llorar pero debes saber que ya no hay río ni llanto", específicamente su tercera sección, "Los poemas de la autopista", que ofrece un abordaje similar a Estar de paso.
También aseguró que, para inspirarse, leyó a Jorge Ortega, especialmente "Guía de forasteros", otra obra "que mantiene el espíritu de la carretera", según explica Castro, y cita, incluso, una de sus construcciones favoritas: "Para qué el santo y la seña, si lo que buscas está en otra parte".
Finalmente, hace mención también de Ricardo Castillo, escritor jaliscience. De Castillo, Alfredo resalta la obra poética "El pobrecito señor X".